ESCENA 2: APARECIÓ DE PRONTO
ESCENA 2
(La misma casona vieja. La misma cocina. Abotonados en la mesa unas horas atrás).
Alan: (gimiendo) apaga ese celu de mierda que se me baja
Elena: (gimiendo también) baja y calentita está. ¡Dale!
Alan y Elena: (gemido final previo al orgasmo) te...
Elena: (silenciando a Alan) shhhhh no lo digas
Alan: (escucha sonar el teléfono de Elena) atendé a ver si encima
sospecha
Elena. (sonríe picara) no sospecha nada
Alan: (semblante aliviado) mejor asíElena: (atiende y habla) hola.. sí.... (se le corta la respiración) ¡ahora! ....
que sí te extraño y te quiero ver pero ¡tan pronto! ¡Que estás a doce
cuadras! ¡Tomatela! No vos no.... a Reina le digo.... que sí que me está
mordiendo los dedos de los pies. ¡Es terrible esa perra! Beso dale sí.
(Cuelga) tomatela Alan viene Rubén.
Alan: (desespera) pero ni me bañé, estoy en bola y chivado...
Elena: ¡Dale!
(Alan corre mientras se viste levanta su abrigo y cae una tarjeta personal
sin que se note. Se termina de vestir y sale disparado)
(La escena 2 termina).
Los tres príncipes Gupta y sus acompañantes montaban sus elefantes blancos。 Los animales se deslizaban por una espaciosa avenida saturada de muros de piedra labrada que ostentaban los signos del reino。 Los hermanos pasaban por debajo de altos balcones y sobre los pétalos de exótica fragancia que eran arrojados por los ciudadanos。 Ante ellos、 iban elevándose los imponentes muros y las grandes cúpulas que derramaban sus sombras sobre el camino que conducía hacia el palacio del emperador Otali。 Finalmente、 cruzaron por debajo de un gran arco de color blanco realzado con un reborde de borlas de mármol、 que llevaba hacia los jardines de recreo del monarca。
ResponderBorrarEl nacimiento del príncipe Nirek ocurrió en una tranquila noche、 mientras la plateada Luna daba su sereno rostro y se desplazaba a través de las estrellas。 Otali estaba impaciente、 pero sabía que la paciencia es como un árbol de raíz insípida que produce dulces frutos。
Unos días después ocurrió la ceremonia para darle un nombre al bebé; se le bendijo y los sacerdotes le desearon una larga vida llena de riqueza y sabiduría。 Después、 el niño fue colocado sobre el regazo de su padre y recibió su bendición。 El sacerdote principal ofreció su plegaria a los dioses y a los espíritus de los antepasados del clan、 para poder obtener sus bendiciones。 Los clarividentes predijeron que algún día、 este pequeño realizaría memorables acciones、 y sería él uno de los prodigios de su creador。 Nirek sería grande en pensamientos y en hechos; el hijo de Otali tendría un alto sentido de la justicia、 su razón sería elevada、 sus acciones rectas y firmes、 y sería por derecho、 el emperador de Panyab。
Ojayit era el segundo hijo de Otali y era dos años menor que Nirek。 Desde pequeño se notaron en él cualidades atléticas。 Al ver las habilidades de Ojayit、 su padre le obsequió una espada de esplendor sin igual。 Era un regalo de los dioses、 y al recibirlo、 Ojayit sintió un llamado interior a convertirse en gran maestro。 La espada、 adornada con el rostro de un dios de oro en el centro del pomo、 descansaba sobre un fondo de esmalte negro、 con los símbolos del imperio finamente tallados en el mango。 Al empuñarla、 el joven Ojayit sentía cómo la hoja cortaba el aire、 llenándolo de una profunda admiración。
Nayakan、 el tercer hijo de Otali、 compartía con Ojayit una virtuosidad innata en el arte del combate。 Este amable príncipe、 de amplia frente y ojos oscuro、 tenía un gran afecto por sus familiares、 y visitaba a su abuelo con frecuencia。
Paramjit、 padre de Otali、 se destacaba por su rectitud、 honorabilidad y habilidad para resolver problemas con la ayuda de sus hijos y consejeros。 Este anciano fue uno de los emperadores Gupta más queridos por su pueblo。 Un día、 consideró que era necesario que oficiales de prestigio impartieran la instrucción necesaria a sus nietos。 Así、 se embarcó en la búsqueda de los mejores instructores del reino para llevar a cabo esta tarea。
Bajo la tutela de maestros de renombre、 los jóvenes caminaron por el sendero de la guerra、 ávidos de conocimiento、 y sedientos de gloria。 Aprendieron que la esencia del guerrero residía en elevarse por encima de las pasiones efímeras y los deseos mundanos; que la batalla justa abrazaba todas las escuelas、 acogía todas las mejoras y exploraba los más nobles métodos、 pero desechaba el ansia inerte de la conquista desmedida。
Ojayit practicaba con la espada、 y sus compañeros observaban la soltura de sus movimientos、 la gracia de sus ritmos、 y la variedad de sus ataques。 El príncipe practicó con esfuerzo hasta llegar a la excelencia、 y al igual que sus hermanos、 realizó el rígido entrenamiento cada día de la escuela de guerra